Preocupación en torno a la venta de uno de los ocho ejemplares de "Pascaline"

El 19 de noviembre, la casa de subastas Christie's subastará simultáneamente en París, Tokio y Nueva York uno de los escasos ejemplares que se conservan de la máquina de calcular inventada en 1642 por Blaise Pascal. Con un precio estimado de entre 2 y 3 millones de euros, la "Pascalina" es " sin duda el instrumento científico más importante jamás ofrecido en subasta", destaca la empresa en su presentación. "Mucho más que un simple objeto mecánico, representa nada menos que el primer intento en la historia de sustituir el trabajo de una máquina por el de la mente humana ".
Blaise Pascal tenía tan solo 19 años cuando desarrolló esta calculadora para ayudar a su padre con sus cálculos. Étienne Pascal, presidente del Tribunal de Ayudas de Normandía, tenía la misión de restablecer el orden en la recaudación de impuestos de la provincia. De esta importante revolución científica y tecnológica, que Pascal no logró replicar a gran escala, solo se conservan ocho ejemplares. Cinco se encuentran en Francia, en colecciones públicas, especialmente en el Museo de Artes y Oficios de París y el Museo Henri-Lecoq de Clermont-Ferrand; dos más forman parte de colecciones públicas en el extranjero.
El octavo objeto, el único que había formado parte de una colección privada desde 1942, era el de Léon Parcé, que Christie's subastó el 19 de noviembre. Apasionado admirador de la obra de Blaise Pascal, este graduado de la École Polytechnique, fallecido en 1979, había reunido los escritos más importantes del filósofo, incluyendo el primer ejemplar de los Pensamientos, que también se subastó junto con numerosas obras de Descartes, Newton y Montaigne. Asimismo, se incluyó uno de los instrumentos: una sencilla caja de madera adornada con incrustaciones de ébano y ruedas de latón numeradas. De inestimable valor científico, según los especialistas, podría venderse en el extranjero, ya que la casa de subastas obtuvo la autorización del gobierno francés para su exportación.
De ahí la movilización de un grupo de alrededor de cien figuras científicas, entre ellas miembros de las cinco academias, quienes publicaron un artículo de opinión en el diario Le Monde el sábado 1 de noviembre, instando al Estado a reconsiderar dicha autorización. La «Pascalina» « es la primera calculadora funcional de la historia de la humanidad (...) Constituye una de las principales joyas del patrimonio intelectual y técnico francés», subrayan los firmantes, entre ellos Barbara Cassin, de la Academia Francesa, y los escritores Erik Orsenna y Éric Vuillard, quienes esperan que se incorpore a las colecciones de los museos franceses.
La razón por la que esta venta genera tanta preocupación es que cada «pascalina» tiene características únicas. Algunas se diseñaron para cálculos, otras para la recaudación de impuestos mediante unidades monetarias. La «pascalina» vendida el 19 de noviembre es la única diseñada para la topografía con unidades de medida apropiadas (brazas, pies, pulgadas). « Es crucial que pase a formar parte de una colección pública para que pueda ser estudiada por la comunidad científica internacional y para que el país donde se creó cuente con una muestra completa de este instrumento», insisten los científicos en este artículo de opinión.
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